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Lo que me ha enseñado la cuarentena

Lo que me ha enseñado la cuarentena


La nueva reflexión de hoy, va sobre lo que he me ha enseñado la cuarentena a marchas forzadas (como decía mi abuela: no voy, que me llevan). Como ya he expuesto en otras reflexiones, estos días nos han puesto en contacto con el lado más profundo de nosotros. Pero a parte de esto, es imposible no comparar con la vida que teníamos antes. Y, por fuerza, hemos tenido que frenar todos. Hemos frenado y de golpe. Pero, hoy quiero hablar de esas cosas positivas que he aprendido de esta frenada.

1. El “dolce far niente”
Como familia, no somos extravagantes para nada. De hecho, muchos fines de semana los pasamos en la naturaleza porqué nos encanta. Caminamos, vamos en bici. Somos así. Sin embargo, siempre tenemos algún plan. Llegar a una cima, o un prado concreto… y hasta que no llegamos no paramos. Con el confinamiento hemos podido descubrir que “no hacer nada” también puede ser bueno. Ya lo sé, que esto ya se decía antes. Pero si eres activo, pues casi que no se te da. Así que creo que a partir de ahora el “dolce far niente” va a formar parte de nuestros planes de vez en cuando. Porque sí, echamos mucho mucho de menos poder correr por el aire libre. Pero tal vez en vez de ponernos metas. Solo con salir y quedarnos en un río jugando ya es suficiente.

2. No necesitamos tanto para vivir
Estoy segura de que no soy la única que se ha encontrado de narices con esto. No necesitamos tanto para vivir. De hecho, las cosas, son eso… cosas. Los peques lo que quieren es nuestra atención. Las cosas ayudan, claro que sí, pero no son lo importante. Como lavamos la ropa cada día, hemos prácticamente pasado todos estos días de confinamiento vistiendo lo mismo. Así que, confinados, casi ni demasiada ropa necesitamos. Lo que sí que doy gracias es a la lavadora, la secadora, el lavavajillas y el roomba. Os amo 😊

3. El compañerismo.
Nuestros peques han aprendido a jugar. Por edad, hasta ahora no han jugado juntos. La mayor tiene 5 años y el pequeño año y medio. Pues gracias a este frenazo, han empezado a jugar juntos. Y es una gozada verlos jugando y relacionándose. Dicen que quien “pasa una guerra” se mantiene unido para toda la vida. Espero que en esta peculiar guerra que hemos pasado, nuestros hijos se mantengan unidos para toda la vida.

Y vosotros, ¿a qué dais gracias o qué habéis aprendido de este confinamiento?

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