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¿Es lo mismo portear que llevar en brazos?

¿Es lo mismo portear que llevar en brazos?

¿Te suena esta situación? Estás en casa, en un espacio conocido y seguro, y tu hijo está inquieto: no quiere estar en el suelo, tampoco en brazos, no sabes cómo consolarlo… y de repente, se te ocurre la idea de portearlo dentro de casa… ¡y se calma! 

A mí me ha pasado muchas veces. Al principio pensaba: “Pero hijo… ¡si es lo mismo que tenerte en brazos!” 
Y de ahí surgió una pregunta que me cambió la mirada: 

¿Es lo mismo portear que llevar en brazos? 

Cuando hablamos de porteo, muchas personas lo asocian directamente con “llevar al bebé en brazos”. Y aunque ambas prácticas comparten algo esencial —el contacto físico, la cercanía y el vínculo—, existen diferencias importantes que pueden influir en la experiencia tanto del bebé como del adulto que lo lleva. 

Veamos qué caracteriza a cada una: 

Llevar en brazos: el instinto más primario 

Desde que nacemos, el cuerpo pide brazos. El instinto de proteger, consolar y acunar surge de forma natural, tanto en el bebé como en quien lo cuida. 

Beneficios de llevar en brazos: 

  • Permite responder de forma inmediata a las necesidades del bebé. 
  • Fortalece el vínculo afectivo y aporta seguridad emocional. 
  • Favorece el contacto piel con piel, especialmente en las primeras semanas. 
  • Es espontáneo y no requiere accesorios. 

Contras de llevar en brazos: 

  • Puede generar tensión o dolor en espalda, hombros y muñecas si se mantiene durante mucho tiempo. 
  • Dificulta tener las manos libres para realizar otras tareas. 
  • Limita la movilidad, sobre todo cuando el bebé comienza a pesar más. 

Porteo: el arte de llevar con ergonomía y consciencia 

El porteo es una forma de llevar al bebé utilizando un portabebés que permite distribuir su peso de forma ergonómica y segura, tanto para el adulto como para el bebé. Pero no es solo un método práctico: cuando se hace bien, el porteo se convierte en una herramienta poderosa de conexión, desarrollo y bienestar para ambos. 

Beneficios del porteo 

  • Favorece una postura fisiológica adecuada del bebé (espalda en forma de C y piernas en posición de M). 
  • Alivia los cólicos y molestias digestivas, al mantener al bebé en posición vertical y en movimiento. 
  • Reduce el llanto y mejora el sueño, al proporcionar contención constante. 
  • Libera las manos, lo que facilita la organización y las tareas diarias. 
  • Protege la espalda del adulto, al distribuir el peso de manera equilibrada. 
  • Permite alternar distintos portabebés, involucrando diferentes grupos musculares y evitando sobrecargas. 
  • Facilita la lactancia en movimiento, en muchos casos. 
  • Ofrece un abrazo constante, contención emocional y sensación de seguridad para el bebé. 

Contras o retos del porteo 

  • Cada tipo de portabebés tiene su propio sistema de uso: es necesario aprender algunas técnicas para utilizarlo correctamente. 
  • En épocas de mucho calor, puede resultar caluroso (aunque existen modelos específicos para verano). 
  • Es fundamental elegir un portabebés de buena calidad y realmente ergonómico (¡ojo! que lo vendan como ergonómico no garantiza que lo sea). 
  • Algunas familias pueden necesitar asesoría personalizada para encontrar el portabebés ideal según su cuerpo y estilo de vida. 

Entonces… ¿qué práctica elijo? 

No se trata de elegir entre llevar en brazos o portear. Ambas prácticas tienen su lugar y se complementan perfectamente. 

Los brazos están siempre disponibles para el consuelo inmediato, el arrullo espontáneo o ese momento de ternura irremplazable. El porteo, por su parte, es el gran aliado cuando necesitamos movernos, hacer tareas o salir de casa, sin renunciar al contacto cercano. 

La clave está en el equilibrio y en reconocer tus necesidades como madre, padre o persona cuidadora. Muchas familias combinan ambas prácticas a lo largo del día: brazos para las siestas en el sofá, porteo para ir a comprar o calmar durante un paseo. 

Más allá de lo que elijas, lo verdaderamente importante es saber que tanto el porteo como los brazos parten del contacto, el vínculo y el respeto por los ritmos del bebé. Escucharte, observar a tu peque y adaptar las herramientas a tu vida cotidiana es lo que realmente marca la diferencia. 

Y recuerda: si necesitas ayuda para elegir tu portabebés o aprender a portear de forma segura y ergonómica, estoy aquí para acompañarte. 

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