facebook
Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecer nuestros servicios y recoger datos estadísticos. Continuar navegando implica su aceptación.Más informaciónAceptar
Total: 0,00€
Volver

Dos semanas confinados.

Dos semanas confinados.

 

Buenos días famílias. Hoy llevamos ya dos semanas confinados. Estamos, si no se amplia la cosa, en el ecuador  del confinamiento.

 

Lo bueno, hay muchas familias haciendo un gran esfuerzo para ayudar y dar un poco de aire a nuestro sistema sanitario. Entre todos podremos hacerlo.

 

Pero ahora, con dos semanas de encierro a las espaldas, en casa se empieza a notar la frustración. Para los que no lo sabéis, tenemos dos niños. Una niña de cinco años y un niño de año y medio.

Con todo, estamos intentando seguir trabajando online con las cosas que son urgentes y además tenemos que hacer seguir hacia adelante con la “enseñanza online”. A parte de realizar todas las tareas del hogar para asegurarte que en casa hay orden (si no, nos volveríamos todos locos) y que las horas de comidas y siestas más o menos se mantienen.

 

La teoría es una y luego llega el momento cuando te das de narices con la realidad… que te fuerza a ser más flexible con el horario. Aunque sí que tenemos sagrado mantener las rutinas porqué son básicas para mantenernos a todos cuerdos en este momento (imagino que ya intuís que yo soy bastante ordenada… jeje. O lo intento con dos niños…). También hemos tenido que aligerar nuestras exigencias a la hora de trabajar. Tiramos el trabajo adelante, claro que sí, pero no es lo mismo trabajar sin niños en casa que con niños. Tratamos de dividirnos mi marido y yo ( yo trabajo por la mañana y él por la tarde), pero, los niños entran …. Y no les voy a reñir por ello.

A la vez, las clases siguen también. Nada frena. Y en estos momentos te tienes que poner el gorrito de profesora. Pero con un niño tan pequeño ya te puedes imaginar la tranquilidad que tiene mi hija mayor para hacerlos. Es imposible. Así que hacemos LO QUE PODEMOS mientras el peque duerme la siesta. Y si podemos nos connectamos a las citas. Pero tenemos muy claro que tampoco voy a forzar. Parece mentira pero vamos haciendo todo lo que nos van compartiendo. Así que tampoco quedamos atrás. Pero, el ritmo lo marcamos nosotros y no la escuela.

 

¿Porqué digo esto? Porqué estamos intentando todo seguir al mismo ritmo que antes. Cuando en realidad ésta es una oportunidad para frenar. Para disfrutar del tiempo juntos. De las cosas SENCILLAS. Tal vez para alguien que esté solo en casa, es un buen momento para formarse. Para hacer tutoriales o másteres… o lo que sea. Pero cuando estamos en casa con niños? Yo siento que no es el momento.

 

Es momento de jugar con ellos, de relajarse. De entenderse. De hablar mucho. Yo creo que nuestro pequeño saldrá hablando del retiro. Entró que sólo decía “caca , papa y mama” y ahora ya dice “maco, moto, camió… y repite todo lo que decimos”. Es tiempo de conexión. De aprovechar este regalo de frenar. De seguir haciendo. Claro que sí, también sirve para que tengamos nuestros momentos de “soledad”. Pero todo con medida. y teniendo claro nuestras prioridades. Hoy en día, quién más nos necesita son ellos y su salud mental y su alegría a lo largo de este período depende de nosotros.

 

Y la escuela ya vendrá… ya seguirán. Y lo mismo con nuestro trabajo. Y estoy segura que haremos más de lo que teníamos previsto. Así que, no os agobiéis. Ahora nos necesitan alegres, “descansados” y con muchas ideas.

 

Ánimos a todos los papis y mamis que estáis tirando ‘palante y estáis viviendo este retiro con la máxima paz y la máxima tranquilidad. No es fácil y a veces el miedo, la incertidumbre o el agobio se apoderan de nosotros. Pero, hay que soltar. Hay que vivir y hay que conectar.

 

Compartir